Tenía que

Tenía que irme.
Correr lejos por la vereda del frente.
Correr con el viento frío en la cara.
Correr y dejarme llevar.
Correr y olvidar por un rato al mundo.
O recordarlo todo y correr para huir de ellos.
Me quisiera ir, tenía que irme, tenía que elegir
y no sé que elegir, tenía que hablar y no sé
de qué hablar.
Correr de la incertidumbre.
Correr para dejar de preguntar.
Correr para dejar de saber.
Correr para cesar con el perseguimiento, propio, ajeno, adentro
a los costados y por fuera.
En mi y en todes ustedes.
Correr y mi deseo que se escurre, no le conozco,
le olvido, tengo miedo.
Estoy en plena gestación.
Otra vez.
Otra vez.
Correr de la existencia, correrme, hacerme a un lado.
Correrme del margen hacia lo marginado.
Lo no expresado, la misma muerte o ni siquiera eso.
Correr de las preguntas.
Correr de las respuestas.
Correr y dejarme alejar.
Correr de las voces inútiles, las voces rancias, las voces viejas, las voces ajenas, las voces indecisas, la voz mía.
Correr de las voces que odio, las voces malditas.
Correr del otro, correr de mi misma.
Correr y morirme de calor.
Correr y quedarme sin aire.
Correr del otro en mi y de mi en esas otredades.
Correr y ser polvo, aire.
Correr.
Tenía que irme, esa fue mi única respuesta.






Comentarios

Entradas populares